sábado, 9 de junio de 2012

Jazz Jackrabbit 2

Ayer, por casualidad, me topé con un juego de mi infancia. Llevaba meses en mi escritorio porque hace tiempo me dio un brote nostálgico y decidí descargarlo para recordar viejos tiempos; es curioso que lo jugara ayer después de varios meses pero que me diese la sensación de no haberlo jugado en años.

El juego en cuestión es Jazz Jackrabbit 2, un título que me robó muchas horas de mi tiempo hace unos 9 o 10 años. Por aquel entonces no prestaba demasiada atención a los aspectos técnicos o artísticos de un videojuego (ni de casi nada, realmente). Me entretenía, me gustaba, me llamaban la atención los escenarios, los fondos y los enemigos, pero nada más. Aún así, creo que este videojuego bautizó ligeramente mi gusto por lo absurdo y lo psicodélico.



Como es evidente, ahora veo el juego con otros ojos. Lo que antes era simple gusto, ahora es fascinación: fascinación, en gran parte, por los fondos y la música. Fascinación por los personajes y los villanos. Fascinación por la sencilla y humilde mecánica del juego. El entorno oscila constantemente entre lo fantástico, lo futurista, lo victoriano, lo oscuro, lo psicodélico y lo cyberpunk. En muchos sentidos me recuerda a Sonic, otro gran título de mis años más tiernos.



Este videojuego cayó en mis manos gracias a un CD de recopilación que regalaban en una revista cuyo nombre no recuerdo. Curiosamente, no era el único juego que me gustaba de aquel disco, ni mucho menos. Otras experiencias vienen a mi mente, pero no consigo recordar ni uno solo de los demás títulos. No estoy seguro, pero me parece que uno de ellos era House of the Dead. Nunca lo sabré con certeza, pues ese CD se perdió en el tiempo; algo que lamento profundamente, pues aquellos videojuegos me proporcionaron momentos bastantes agradables. Sin embargo, el único que se ha mantenido intacto en mi memoria ha sido Jazz Jackrabbit 2.

La trama es la siguiente: Devan, el villano principal de la serie, tiene planeado viajar al pasado para asesinar a los antepasados de nuestro protagonista, Jazz, aniquilando así su existencia (teniendo en cuenta que en este juego sí podría cumplirse esa imposibilidad espacio-temporal). Tu misión, huelga decirlo, consiste en detenerlo.

A través de las diferentes pantallas nos encontramos con toda clase de enemigos: tortugas despreocupadas y mordedoras, reptiles que bailan y sonríen, mosquitos de gran tamaño, ranas que empuñan estoques, fantasmas con espadas...  Todo ello lubricado con una BSO para nada desdeñable (a mí, en lo personal, me gusta bastante).

No hay mucho más que decir sobre este videojuego. Muy sencillo, muy discreto y algo adictivo. No pretendía hacer una reseña, ni mucho menos. Más bien se trata de un pequeño tributo a un título de mi infancia. Si tienes la oportunidad de jugarlo, no lo pienses dos veces; no decepciona en lo más mínimo. Detrás de cada escenario, cada canción y cada personaje se deja entrever un cariño muy especial. Tengo la triste sensación de que Jazz Jackrabbit 2 será una de esas pequeñas joyas que, tarde o temprano, serán olvidadas. Yo al menos procuraré no hacerlo.


- Quillo, ¿por qué le atacas?
- Porque él me ataca a mí. ¡Mira! ¿Lo has visto?
- Claro que te ataca. ¡Has invadido su ciudad y estás masacrando a sus habitantes!
- Bueno, visto así
... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario